A muchos les puede parecer algo paradójico el título que hemos elegido para elaborar este artículo, especialmente lo de «agónico y destructivo», porque se supone que aquello que tiene fuerza como para operar una liquidación planificada de todo el legado histórico, político y existencial de una nación de gran antigüedad y con una historia fulgurante, épica y heroica como la española, adolece de todo tipo de debilidades. En este caso, y a la luz de casi cinco décadas de existencia, es posible elaborar una retrospectiva del citado sistema, el que nos dijeron durante los años de la Transición que iba a «restaurar» una serie de libertades políticas de las que el régimen precedente nos había privado.
Artículos recientes
Nos complace presentar al gran público de habla hispana una nueva entrega de libros-entrevistas donde se tratan de sintetizar grandes ideas y principios de la tradición espiritual, y con esto nos referimos a la precedente obra de Bruno Bérard y Aldo La Fata, bajo el título ¿Qué es el esoterismo?: Entre verdades y falsificaciones, cuya publicación tuvo lugar a comienzos del presente año 2025. En esta ocasión, y como parte de la segunda entrega de la colección Biblioteca Sapientiae, presentamos ¿Qué es la metafísica?: Entrevista con Bruno Bérard, de Annie Cidéron y Bruno Bérard. En esta ocasión el entrevistador, Bruno Bérard, se transforma en el entrevistado, que nos brinda sus amplios conocimientos en la materia, profundizando en los atributos y significados del pensamiento metafísico.
Durante mucho tiempo no hemos querido tratar directamente este tema, que sin duda, y pese a su lejanía en el tiempo, siempre mantiene vigente su actualidad. Vemos como en todo debate político, y en toda circunstancia donde se viven contrastes y oposiciones el término «fascismo» o «fascista» se ha convertido en una especie de cajón de sastre para descalificar al oponente político, vaciando de significado y de sentido el propio término para convertirlo en un mero insulto arrojadizo, con el cual, en la mayor parte de las ocasiones, se pretende dar por concluido un debate u obligar al que está «en la otra trinchera» a ofrecer las excusas más ridículas y variopintas por respuesta. Se trata de una característica muy moderna, o más bien posmoderna, la de vaciar el significado de las palabras, desvincularlas de su origen real para transformarlas en algo diferente, en muchas ocasiones contrario al que le correspondía en origen. Friedrich Nietzsche ya nos advirtió de este detalle, y de la necesidad de proceder genealógicamente sobre el lenguaje, con el fin de invertir estos procesos, porque no olvidemos que el lenguaje también es Logos, y aunque éste último no se agota en él, sí es portador de sentido verdadero, el vehículo a partir del cual expresamos las realidades que componen el mundo y, por tanto, es portador del ser. Pero, como bien decía Baudrillard, en la posmodernidad, el lenguaje ha sido colonizado por el simulacro y la palabra, como hemos visto a través del citado ejemplo, ya no remite a nada real, convirtiéndose en una parodia del Logos verdadero.