Durante mucho tiempo no hemos querido tratar directamente este tema, que sin duda, y pese a su lejanía en el tiempo, siempre mantiene vigente su actualidad. Vemos como en todo debate político, y en toda circunstancia donde se viven contrastes y oposiciones el término «fascismo» o «fascista» se ha convertido en una especie de cajón de sastre para descalificar al oponente político, vaciando de significado y de sentido el propio término para convertirlo en un mero insulto arrojadizo, con el cual, en la mayor parte de las ocasiones, se pretende dar por concluido un debate u obligar al que está «en la otra trinchera» a ofrecer las excusas más ridículas y variopintas por respuesta. Se trata de una característica muy moderna, o más bien posmoderna, la de vaciar el significado de las palabras, desvincularlas de su origen real para transformarlas en algo diferente, en muchas ocasiones contrario al que le correspondía en origen. Friedrich Nietzsche ya nos advirtió de este detalle, y de la necesidad de proceder genealógicamente sobre el lenguaje, con el fin de invertir estos procesos, porque no olvidemos que el lenguaje también es Logos, y aunque éste último no se agota en él, sí es portador de sentido verdadero, el vehículo a partir del cual expresamos las realidades que componen el mundo y, por tanto, es portador del ser. Pero, como bien decía Baudrillard, en la posmodernidad, el lenguaje ha sido colonizado por el simulacro y la palabra, como hemos visto a través del citado ejemplo, ya no remite a nada real, convirtiéndose en una parodia del Logos verdadero.
Artículos recientes
No es la primera vez que nos adentramos en el complejo mundo de la historia de las religiones, ni en la historia del mundo antiguo, de hecho, el pasado 2023 dimos a conocer la obra de Pietro de Francisci (1883-1971) titulada El espíritu de la civilización romana: Ne ignorent semina matrem, un ensayo historiográfico bajo los parámetros morfológicos característicos de la visión spengleriana. En el caso comentado el enfoque era original, en la línea de otros historiadores que, siguiendo la estela de Oswald Spengler (1880-1936), como el caso de Arnold Toynbee (1889-1975), trazaron una visión singular y enfrentada a ciertos cánones académicos.
El libro que nos disponemos a reseñar hoy es enormemente complejo, y lo es en a medida que cuestiona elementos clave que ayudan a explicar desde el ámbito de la sociología y la filosofía una serie de cambios culturales, sociales y subjetivos en las sociedades occidentales desde mediados del siglo XX en adelante. La era del vacío: Ensayos sobre el individualismo contemporáneo fue publicada originalmente en el año 1983. Con un estilo ensayísticos y profundamente analítico Gilles Lipovetsky nos ofrece un análisis que trasciende los límites de la sociología clásica, al analizar fenómenos tan propios de nuestro tiempo como la subjetividad posmoderna, el hedonismo consumista y el declive de los grandes relatos ideológicos.