Sobre la masonería se han escrito miles de páginas a lo largo de las dos últimas centurias, y de hecho es un tema especialmente recurrente en cierta «literatura de la conspiración», calificada de tal manera con la intención de restar importancia y valor a su influencia de esta entidad en los últimos 200 años, en la propia configuración de la modernidad liberal. Sin embargo, la realidad, aunque a día de hoy el entramado de organizaciones pantalla tras las que se esconden las «élites» en las sombras comprende una multitud de cenáculos, organizaciones y clubes elitistas muy imbricados en las instituciones transnacionales, con capacidad para influir sobre la masa a nivel global, es evidente que toda la «realidad» que tratan de transmitirnos a través de los mass media no son sino una farsa, forma parte de un relato, una imagen impostada que poco tiene que ver con las razones profundas y subyacentes que propician los cambios y desarrollos de nuestra historia en los últimos siglos. De hecho, la masonería es responsable de una fractura espiritual profunda en el propio advenimiento y conformación del mundo moderno. No en vano, la masonería no es un producto del siglo XVIII —como nos explican historiadores como Alberto Bárcena—, nace como un instrumento de poder para socavar a las monarquías católicas europeas, y que con el tiempo emprende una serie de desarrollos, que a nivel de ritual y estructura tienen implicaciones antropológicas profundas, en lo que René Guénon concibió como masonería especulativa, para diferenciarla de la masonería operativa, que poseía un trasfondo tradicional que, obviamente, está ausente en la versión moderna.
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Ofrecemos al público lector hispano una novedad editorial de primer orden, sobre la que hemos estado trabajando intensamente en los últimos meses. El misterio del Mago Merlín, de Adolfo Morganti es una obra que nos traslada a un mundo perdido, el que narran los ciclos artúricos, al que podríamos considerar como uno de los núcleos míticos más densos, perdurables y populares del imaginario y la conciencia de los pueblos de Europa. El sustrato mítico de las narraciones que lo componen no deviene solamente del rey Arturo, de Merlín (protagonista absoluto de la presente obra), o de los Caballeros de la Mesa Redonda, sino del sustrato simbólico paneuropeo subyacente, que todo este conjunto de relatos reactivan, reinterpretan y proyectan una y otra vez sobre la Europa cristiana del Medievo. Por eso, antes que nada, conviene destacar esta dimensión cultural, histórica y espiritual para entender la obra de Adolfo Morganti dentro de la gran constelación de mitos, ciclos heroicos y tradiciones del continente europeo.
Creemos que es un error imperdonable por nuestra parte que hasta el día de hoy, hayamos obviado un nombre tan importante dentro del pensamiento tradicionalista contemporáneo español como el de Antonio Medrano (1946-2022), cuyo reconocimiento hace muchos años que traspasó las fronteras españolas, gozando de especial autoridad en países como Italia, donde la reedición de sus obras ha venido siendo frecuente a lo largo de los últimos años, especialmente por parte de Cinabro Edizioni. Estamos hablando de un autor cuya obra está profundamente influenciada por autores de la Tradición de la talla de René Guénon (1886-1951) y Julius Evola (1898-1974), así como del pensamiento cristiano clásico. Medrano desarrolló un pensamiento que, sin lugar a dudas, buscaba un punto de encuentro entre la sabiduría perenne y la vida moderna, un resquicio de esperanza en un mundo donde lo profano y el número han destruido todo el horizonte trascendente en el que vivieron nuestros ancestros premodernos. No obstante, no se trata de un ejercicio exento de riesgos, y es obvio que no hay lugar a las concesiones ni al nihilismo que impera en nuestros días, y que nos aboca de manera irremediable a un abismo insondable y frente al cual es necesario, al menos como tabla de salvamento en lo inmediato, una guía práctica y una reflexión profunda sobre el mundo de nuestros días.



