Es la primera vez que se publica una obra en español de Don Curzio Nitoglia, al menos que nosotros tengamos conocimiento, de ahí la importante novedad que supone para el público de habla hispana En el mar de la nada: Metafísica y nihilismo a prueba en la posmodernidad. Para los menos avezados en en la escena e itinerario de autores críticos con la modernidad y el Concilio Vaticano II dentro del contexto eclesiástico, dentro del tradicionalismo católico, Don Curzio Nitoglia representa una de las voces más autorizadas, con mayor sentido crítico y lucidez de los últimos tiempos; ensayista, historiador y teólogo así como autor de obras que abarcan temas variados, que van desde la filosofía tomista a la ética en el ámbito de la política. Nacido en Roma en 1957, fue uno de los discípulos más destacados del gran autor católico Augusto del Noce. Con una formación religiosa y eclesiástica iniciada en el seminario de Econe (Suiza) y ordenado finalmente sacerdote en 1984 por Monseñor Lefebvre, ha colaborado con numerosas revistas dentro de la vertiente del pensamiento antimodernista, como Effedieffe o Radio SPADA, y mantiene unas buenas relaciones con otros prelados ajenos a la Iglesia vaticana como Monseñor Williamson.
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Europa: Tradición, identidad, imperio y decadencia es una obra colectiva que nos presenta una variedad de temas realmente atractivos, que a pesar de ser a priori muy diferentes los unos de los otros forman parte de nuestras propias raíces político-culturales e intelectuales, y más particularmente de ciertas trincheras del pensamiento disidente o políticamente incorrecto. El pensamiento de Julius Evola y Oswald Spengler nos sirven como guía e itinerario y dan forma a la idea de Tradición, de Imperio o técnica. El prologuista, David Engels nos ofrece una serie de orientaciones para ubicarnos en el marco de la obra, poniendo especial énfasis en la idea de crisis existencial y la amenaza que se cierne sobre el futuro de nuestra civilización. Hay implícita una reivindicación del verdadero Occidente, de sus valores trascendentes y heroicos, de lo que nosotros denominamos en muchas ocasiones como «Civilización del Ser» frente a la Europa actual, la que podemos englobar bajo la siempre equívoca etiqueta de «Occidente», del «Occidente posmoderno» en este caso, que es la consecuencia de ulteriores desarrollos derivados de toda esa cultura moderna y burguesa que hunde sus raíces en el pensamiento iluminista e ilustrado y que hoy enarbola las banderas del multiculturalismo, el transhumanismo, la cultura de masas y, en definitiva, la deshumanización del hombre y su conversión en un producto más en el mercado global.
Hace mucho tiempo que queríamos abordar la obra de dos de los tres autores que presentamos en este volumen, se trata de Ezra Pound y Ernst Jünger, dado que el tercero de ellos, el Barón romano Julius Evola, ya viene siendo objeto de diversas publicaciones desde nuestro sello editorial durante los últimos años. No obstante, la tríada de autores seleccionada —Ezra Pound, Julius Evola y Ernst Jünger— con sus propios recorridos particulares, con el desarrollo de itinerarios intelectuales y vitales claramente diferenciados, con sus discrepancias y antagonismos, cuando éstos se dan, siguen siendo parte de la misma Weltanschauung, expresión de una cosmovisión nutrida por los mismos ítems ideológicos, investida por unas preocupaciones y unos intereses comunes y orgánicos. Así podemos decir que, en cierto modo, son los referentes más icónicos de la rebeldía y el espíritu combativo del siglo XX. Circunstancia ésta que a priori puede resultar chocante, especialmente por el ostracismo al que han sido condenados Ezra Pound, quien por muchos años fue calificado de «traidor» y estigmatizado como enfermo mental en su propio país, o el propio Julius Evola, que debió de someterse a un juicio a comienzos de los años 50 bajo injuriantes acusaciones de promover actividades terroristas y cuya obra es objeto de los más variopintos anatemas hasta el día de hoy. Y tampoco podemos excluir a Ernst Jünger, quien a priori, es cierto, ostenta la mayor popularidad y podríamos decir que su extensísima obra ha gozado de mayor difusión que los anteriores, pero aún así, tuvo que enfrentarse a los tribunales de desnazificación impuestos por los Aliados en tiempos de posguerra, con censura, y bajo una sospecha permanente por parte del establishment por no haber sido parte de la intelectualidad oficial, por no haberse adherido a los principios que vertebran la Modernidad liberal, especialmente en las primeras etapas de su obra y actividad intelectual.