En tiempos pre-modernos, antes del advenimiento de la sociedad de masas y todos sus recursos mediáticos y publicitarios, en lo que es un hecho relativamente reciente, el concepto de famoso o celebridad tenía un significado y una valoración completamente diferente a la que actualmente se le otorga. Tal es así que, a día de hoy este concepto ha adquirido un significado popular, que puede atribuirse a casi cualquiera por una gran variedad de motivos, todos ellos vulgares y profanos hasta límites insospechados.
El reconocimiento que a alguien como celebridad se le debe, por haber conseguido logros o hazañas dignas de mención, aquellas que nos cuentan los mitos griegos o cualquier otro tipo de historias con esos mismos atributos míticos, formaban parte del propio corazón, núcleo y esencia de muchas sociedades pre-modernas, especialmente en aquellas de la antigüedad, en las que el mito formaba parte del imaginario colectivo, vertebrando un importante conjunto de enseñanzas y hechos que fortalecían el sentido orgánico y comunitario del pueblo y aquellos que lo integraban, al tiempo que también tenía una función pedagógica esencial, infundiendo valores y una determinada cosmovisión del mundo.