1984
El gran hermano te vigila
George Orwell
2001
Destino
298
★★★★☆
Hemos creído oportuno que en esta ocasión lo más adecuado era reseñar una obra
como
1984, a la que podríamos considerar la novela distópica de ciencia
ficción por antonomasia, la obra más arquetípica respecto a este género que
cuenta con ilustres y no menos conocidos títulos en su haber. Y decimos que
ahora era el momento de reseñar tal libro porque aquello que nos narra a lo
largo de sus casi 300 páginas tiene unos paralelismos cada vez más asombrosos
e inquietantes con lo que estamos viviendo a día de hoy, ya en plena distopía,
que ya no es tal, sino que es una realidad que transforma nuestras vidas y nos
genera incertidumbre, además de modo dramático, con cada día que pasa. Nos
referimos, claro está, a toda
la farsa del covid19, que algunos han rebautizado, no sin razón, como «covid1984».
No vamos a entrar en consideración respecto al contexto del autor y de la
obra, dado que lo esencial y lo sustancial lo encontramos en la narración y el
contenido de la propia novela. Sin embargo, referiremos brevemente que la
fecha de publicación fue 1949, tras la Segunda Guerra Mundial y en pleno
escenario de Guerra Fría, con los dos bloques geopolíticos que dominaron el
mundo en una pugna continua (al menos aparente) durante casi medio siglo. La
amenaza no ya de una guerra nuclear y de aniquilación pesaba sobre las
conciencias de las gentes de aquella generación, y la experiencia del
comunismo soviético bajo el poder autocrático de Stalin sirvió de inspiración
a Orwell, que hace referencia a la propaganda del régimen del Gran Hermano, en
la ficticia Oceanía, respecto a un pasado capitalista anterior a la revolución
basada en la esclavitud y servidumbre por parte de los obreros al tiempo que
presumen haber elevado el nivel de vida de sus ciudadanos mediante imbricadas
técnicas de manipulación y falseamiento del pasado que iremos viendo a lo
largo de la reseña. En cualquier caso, el escenario donde transcurre la novela
es Londres, y pretendía, de algún modo, imaginar cómo sería la vida en Reino
Unido bajo un régimen totalitario de inspiración soviética.
La historia que nos cuenta la novela se desarrolla, como decíamos, en un
Londres distópico del año 1984, y el personaje principal es Winston Smith, de
39 años, que trabaja en el llamado Ministerio de la Verdad, es un funcionario
del Partido Exterior. Su tarea consiste en cambiar la realidad de los
acontecimientos pasados y hacerla cuadrar con aquella deseada por el Partido,
cuyo poder es omnipresente y omnipotente, y con la facultad de alterar el
pasado y cambiarlo a voluntad. Smith es un hombre gris y triste, con una vida
solitaria y marcado por los recuerdos turbios de una infancia mutilada, por la
pérdida de su madre y su hermana en una época indeterminada de la cual solo
recuerda retazos y que le hace sentir culpable. Desde las primeras páginas
podemos constatar la presencia asfixiante del Gran Hermano, que es la figura
de autoridad que impera en todas partes, con enormes carteles presididos por
su rostro bajo la frase nada tranquilizadora:
«El Gran Hermano te vigila». Esta vigilancia extrema conlleva la presencia de pantallas y micrófonos que
invade la propia privacidad de los miembros del Partido, que deben controlar
sus impulsos, gestos y movimientos para no delatar sospechas, como también
deben cuidarse mucho de hacer afirmaciones inconvenientes o en el trato e
interacción con otros individuos, que trata de ser limitada por la acción del
Partido y su ideología oficial, el Ingsoc. Igualmente mostrar sentimientos,
emociones, amor, deseo o cualquier otro tipo de afectividad está
terminantemente prohibido bajo la amenaza de trabajos en campos forzados o la
muerte. Por otro lado tampoco hay leyes, lo que delata nuevamente un poder
tiránico, opresivo y totalmente arbitrario. Los habitantes de Oceanía, que es
el súper-estado imaginario en el que se ubica Londres, están obligados a
entregarse plenamente a los actos de fervor y adoración absoluta al Gran
Hermano y al Partido, a las manifestaciones con motivo de una guerra de la que
se desconoce casi todo y que Oceanía libra contra Eurasia o Asia Central
indistintamente, en lo que son las otras dos superpotencias mundiales en las
que se divide el mundo imaginado por Orwell.