Guido de Giorgio (1890-1957) fue un autor tradicionalista italiano, de los menos conocidos y divulgados fuera del país trasalpino, que fue definido en su momento como «el mejor discípulo de Guénon». No solamente conocido y apreciado por René Guénon, sino también por Julius Evola, que lo definió como un «iniciado en estado salvaje», de costumbres y modo de vida austero y espartano. Con ambos mantuvo contacto epistolar de un modo más o menos regular. De Giorgio participó en el proyecto evoliano del Grupo de Ur (1928), en La Torre (1930) y en Diorama filosofico (1939-1942). Antes de la Segunda Guerra Mundial escribió la que, durante mucho tiempo, fue la única obra conocida del autor, La Tradizione Romana, que permaneció dispersa en su contenido y desconocida hasta 1973. Otras obras póstumas se han ido publicando en lo sucesivo, tales como Dio e il poeta (1985), Ciò che mormora il vento del Gargano y Prospettive della Tradizione (1990).

Dos hechos fundamentales en el plano íntimo y personal marcarían sus últimos años de vida: la muerte de su hijo Havis en 1939 en las guerras coloniales italianas en África, y la muerte de su segunda esposa en 1953, lo que le hará vivir sus últimos años de vida bajo unas condiciones de total indigencia y con una salud muy deteriorada.